Revisa de forma regular las pastillas de freno. Deben sustituirse cada 30.000 km si se efectúan trayectos principalmente urbanos o cada 40.000 km si se realizan trayectos frecuentes en autopista, cuando se alcanza el límite de desgaste o cuando se enciende el testigo de aviso en el salpicadero. Atención: cambiar las pastillas de freno demasiado tarde puede provocar un deterioro prematuro de los discos de freno, en cuyo caso también deberán sustituirse.
Revisa los discos de freno cada vez que cambies las pastillas de freno. Deben sustituirse cada 60.000 km aproximadamente, o en caso de deterioro: rayaduras, abolladuras, grietas, etc. Los discos desgastados suelen provocar una disminución importante del nivel del líquido de freno o un recorrido más largo al pisar el pedal del freno. Presta atención a estos signos de desgaste.
Cuando se cambian las pastillas y/o los discos de freno es necesario un periodo de rodaje para lograr un frenado óptimo.
Por último, se debe comprobar el nivel y la temperatura de ebullición del líquido de frenos cada vez que se cambian las pastillas. Por lo general, el líquido de frenos debe cambiarse de cada 2 a 4 años, en función de las recomendaciones del fabricante. Nuestros técnicos de Vulco disponen de todas las herramientas necesarias para prestarte este servicio.