La correa de distribución es uno de los componentes esenciales de tu vehículo, ya que garantiza el buen funcionamiento del motor. Cuando se estropea, la correa suele provocar averías graves en el motor. Lo mejor es actuar a tiempo y sustituirla dentro de los plazos especificados por los fabricantes, lo que te ayudará a evitar reparaciones más costosas.
¿Cuál es la función de la correa de distribución?
La correa de distribución sincroniza la rotación del cigüeñal y del árbol de levas para accionar los pistones y las válvulas. La correa une así todos los elementos del sistema y sincroniza sus distintas acciones. En algunos vehículos, también garantiza el funcionamiento de la bomba de agua. Sin correa, el vehículo no podría funcionar.
La correa de distribución es esencial para el buen funcionamiento del motor y debe revisarse dentro de los plazos especificados por el fabricante. Es fundamental sustituirla en el momento adecuado para que no se dañe ni se rompa. Una correa dañada puede provocar fallos o averías en el motor y aumentar los costes de reparación. Por eso, es mejor planificar con antelación y sustituir la correa de distribución a tiempo en un centro Vulco.
La necesidad de cambiar la correa de distribución depende de la marca y del modelo de tu vehículo. Todos los fabricantes recomiendan sustituir la correa de distribución tras un cierto número de kilómetros o un intervalo de tiempo determinado. Por lo general, también recomiendan comprobar el funcionamiento de la correa al someter el vehículo a revisión. Nuestros centros Vulco realizan estas comprobaciones de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.
Si no estás seguro de si debes sustituir la correa de distribución, te recomendamos acudir a tu centro Vulco y solicitar asesoramiento a nuestros especialistas.
El kit de distribución incluye la correa de distribución, los rodillos y la bomba de agua. Por lo tanto, la correa es simplemente un componente del kit de distribución.
La correa de accesorios es una correa secundaria. Su rotación está vinculada a la de la correa de distribución, pero acciona componentes "accesorios", es decir, todo lo que no es esencial para el funcionamiento del motor (como el alternador o el compresor de aire acondicionado, por ejemplo).
Tu motor está equipado con una correa de distribución o una cadena de distribución. Tanto la una como la otra tienen la misma función. Cuando uno de estos componentes está dañado se enciende el testigo de aviso del salpicadero. En este caso, los especialistas de Vulco podrán detectar y diagnosticar estos fallos utilizando su herramienta de diagnóstico.
La correa de distribución
La correa de distribución, generalmente dentada, está fabricada principalmente con fibra de vidrio, kevlar y caucho, y es el sistema de distribución más utilizado. Es más ligera y silenciosa que la cadena de distribución, pero también es más frágil. Por eso, es conveniente revisarla con regularidad y cambiarla cuando sea necesario. De este modo, evitarás elevadas facturas de reparación del motor.
La cadena de distribución
La cadena de distribución está hecha de acero, por lo que es muy resistente. A diferencia de la correa de distribución, normalmente no requiere mantenimiento ni sustitución. Sin embargo, sí requiere el uso de aceites de motor adecuados para garantizar que la presión del sistema no disminuye y que no se altera la sincronización de las válvulas. No olvides que los cambios regulares de aceite son fundamentales.
Para saberlo, te recomendamos consultar el libro de mantenimiento de tu vehículo o ponerte en contacto con tu Centro Vulco.
El desgaste de la correa de distribución es difícil de identificar. Por eso, es mejor dejarlo en manos de expertos. Es aconsejable sustituir la correa después de un determinado número de kilómetros o después de un cierto tiempo: es esencial consultar el libro de mantenimiento del vehículo y seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a la frecuencia con la que debe sustituirse la correa de distribución, ya que una correa muy desgastada puede causar graves daños en el motor.