¿Cuál es la presión adecuada de los neumáticos? ¿Qué necesitas saber al respecto?
Todos los conductores y propietarios de vehículos deben vigilar la presión de sus neumáticos. Una presión adecuada contribuye a tu comodidad y garantiza la vida útil de tus neumáticos. También garantiza tu seguridad y la de tus pasajeros.
Comprueba la presión de tus neumáticos y revisa tus sensores de presión TPMS.
Por lo general, se considera que la presión adecuada de los neumáticos es de 2,2 bares. Este nivel de presión es seguro y adecuado para la mayoría de los vehículos, pero no es necesariamente óptimo para algún vehículo en concreto. Por eso, te recomendamos consultar la presión indicada por el fabricante de tu vehículo. Por lo general, este valor figura en el manual del vehículo o en una placa especial colocada en el marco de la puerta. Según el modelo de tu vehículo, la información puede estar en una etiqueta en la puerta del maletero, junto a la rueda de repuesto, en la guantera o en la tapa del depósito del combustible. No olvides que la presión también está indicada en los neumáticos, pero que se trata de la presión máxima permitida y no de la presión adaptada a los neumáticos del vehículo.
Si has conseguido encontrar esta marca en tu coche, deberías ser capaz de leerla. Para ello, debes tener en cuenta la unidad de presión, que por lo general se indica en bares. La presión adecuada se indica en función del tamaño del neumático y del peso del vehículo, es decir, según el número de pasajeros y si el maletero está lleno o no. Las placas también indican diferentes niveles de presión para las ruedas delanteras y traseras, tal y como muestran las flechas situadas debajo de la tabla de valores.
No olvides que la temperatura del aire también impacta en el nivel de presión adecuado para los neumáticos de tu vehículo. Debes seguir las recomendaciones del fabricante por defecto, pero si las previsiones meteorológicas anuncian un descenso de la temperatura, te recomendamos que aumentes la presión de los neumáticos 0,2 bares.
Una vez que conozcas el nivel de presión óptimo para tu vehículo, debes saber cómo y con qué frecuencia comprobar la presión de los neumáticos. Para medir la presión de los neumáticos hay que determinar la cantidad de aire que contienen. Para ello se necesita un dispositivo especial que se llama manómetro. Hay varios tipos de manómetros, pero los electrónicos son los más precisos. Los manómetros suelen estar disponibles en estaciones de servicio, talleres de reparación de automóviles y talleres de vulcanizado.
Para determinar el momento adecuado en el que comprobar la presión de los neumáticos debes tener en cuenta los siguientes principios. Las comprobaciones periódicas te ayudarán a evitar situaciones desagradables. Un buen hábito es comprobar la presión de los neumáticos cada vez que vayas a la estación de servicio. También es una buena idea comprobar la presión cada 30 días. Se recomienda comprobar la presión de los neumáticos cada vez que la temperatura del aire varíe 10 °C. Por último, mide la presión de los neumáticos antes de cada viaje largo. No olvides comprobar la presión de los neumáticos cuando el vehículo esté frío, al menos 30 minutos después de parar.
La presión correcta de los neumáticos es una garantía de seguridad. Cuando la presión de los neumáticos es demasiado baja, la estructura interna del neumático se puede estropear. A esto se añade el aumento de la resistencia a la rodadura, lo que incrementa el consumo de combustible (hasta un 5%). Si la presión de los neumáticos es demasiado alta, su vida útil se puede reducir en un 25%. Si la superficie de contacto del neumático está deformada te resultará más difícil controlar tu vehículo, ya que perderá estabilidad en las curvas. En ocasiones, esto se conoce como "flotación" del neumático. Cuando la presión de los neumáticos no es la adecuada, el vehículo está más expuesto a incidentes como el aquaplaning. Los neumáticos desinflados tardan más en evacuar el agua. Además, si conduces rápido, los neumáticos poco inflados tienden a sobrecalentarse y pueden reventar.
Si la presión es demasiado alta, los neumáticos se pueden estropear al entrar en contacto con un bordillo o un bache. La superficie de contacto entre el neumático y la carretera es menor, lo que reduce la adherencia. Una presión de neumáticos demasiado alta también reduce el confort del conductor y de los pasajeros, ya que las irregularidades en la calzada se absorben peor y el ruido se multiplica. Los componentes de la suspensión también se desgastan más rápido y la amortiguación se resiente. Por último, los sistemas electrónicos tienen más probabilidades de funcionar mal.
Para utilizar correctamente tu vehículo, necesitas fijar la presión adecuada en los neumáticos. El nivel adecuado de presión depende del modelo de vehículo, del número de personas que viajan en él y de las condiciones meteorológicas. Por ello, te recomendamos comprobar regularmente la presión de los neumáticos y así reducir el riesgo de averías y obtener un mayor control sobre tu vehículo.